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Primeros pasos

La carrera supuso para mí un gran baño de realidad. La psicología que me enseñaron era muy diferente a la que yo había imaginado, y pasé la mayor parte del tiempo tomando notas de profesores que pasaban las clases dictando, y memorizando toneladas de apuntes y fotocopias. Con este panorama, puedo confesarte que, en algunos momentos perdí interés, y la cafetería de la “uni” se convirtió en un agradable refugio en el que pasar largos ratos con los compañeros. A pesar de todo, no dejé de estudiar y fui sacando buenas notas, especialmente en las ocasiones en las que tenía la suerte de disfrutar de un profesor o profesora inspirador (¡que los hubo!).